Nuestras propuestas no pretenden clasificar ni ornamentar, sino desplegar posibles interrelaciones. Al igual que hacen los hongos al integrar, regenerar, cuidar y desear otras formas de pensar y entender el paisaje.
motivaciones e impacto cultural.
Atravesamos un momento difícil en términos ecológicos. La creciente pérdida de biodiversidad, desertificación, sequía y aumento de temperatura ambiental, nos presentan un panorama ecológico lleno de retos.
La base de esta creciente problemática, precipitada por la actividad humana, radica en el marco de pensamiento totalmente antropocéntrico que impregna el sentido común, poniendo en peligro la biodiversidad de nuestro entorno y cancelando las posibilidades de afecto y cuidado hacia las existencias no humanas.
En este contexto, se vuelve necesario acentuar las zonas de confluencia y diversidad para redibujar la relación que establecemos con estas otras existencias. El diseño de estas zonas de confluencia nos ofrece la posibilidad de generar intersecciones entre lo vegetal, lo fúngico, lo animal, lo humano, lo microbiótico, lo geológico y lo inanimado.
Por ello, nuestro principal interés reside en investigar y desarrollar propuestas que, teniendo un impacto ecológico regenerativo, escapen de la mera ornamentación para posibilitar estas interrelaciones y así explorar las posibilidades del diseño para desplegar afectos, cuidados, coexistencias y resiliencia ecológica. Nuestros principales objetivos a la hora de abordar un proyecto son:
Al partir de la intersección entre los fundamentos de la permacultura y la teoría posnatural, desdibujamos las dicotomías asentadas por la ecología tradicional y abrimos hueco a nuevas visiones sobre el entorno que aborden las complejidades ecológicas y culturales de nuestro presente. De esta manera, a través de nuestras propuestas promovemos transformar profundamente la relación que establecemos con “la naturaleza” hacia una ética de mayor responsabilidad ecológica y colaboración interespecie.
Con una nueva ética, promovemos también una nueva estética del paisaje y su relación con el territorio, de forma que nos apartamos del tradicional dominio estético de lo natural para abrazar una imagen de un entorno híbrido, dinámico y en constante reciprocidad con la actividad humana.
La base de esta creciente problemática, precipitada por la actividad humana, radica en el marco de pensamiento totalmente antropocéntrico que impregna el sentido común, poniendo en peligro la biodiversidad de nuestro entorno y cancelando las posibilidades de afecto y cuidado hacia las existencias no humanas.
En este contexto, se vuelve necesario acentuar las zonas de confluencia y diversidad para redibujar la relación que establecemos con estas otras existencias. El diseño de estas zonas de confluencia nos ofrece la posibilidad de generar intersecciones entre lo vegetal, lo fúngico, lo animal, lo humano, lo microbiótico, lo geológico y lo inanimado.
Por ello, nuestro principal interés reside en investigar y desarrollar propuestas que, teniendo un impacto ecológico regenerativo, escapen de la mera ornamentación para posibilitar estas interrelaciones y así explorar las posibilidades del diseño para desplegar afectos, cuidados, coexistencias y resiliencia ecológica. Nuestros principales objetivos a la hora de abordar un proyecto son:
- Mejorar las condiciones ecológicas previas. Al diseñar sistemas que implementen estrategias regenerativas, promovemos procesos como el compostaje y sus propiedades de fijación de energía, favoreciendo la actividad biótica del lugar para generar ecosistemas complejos a largo plazo, integrados en el entorno y eficientes en cuanto a mantenimiento y consumo recursos.
- Abrir espacios de convivencia y coexistencia ecológica. Al implementar relaciones de empatía y consideración con existencias otras-que-humanas, como pueden ser la vida vegetal, la microbiota, los hongos, la fauna y los agentes inertes presentes en el lugar, como es el caso de las rocas, la madera o las propias intervenciones materiales y tecnológicas que se lleven a cabo.
Al partir de la intersección entre los fundamentos de la permacultura y la teoría posnatural, desdibujamos las dicotomías asentadas por la ecología tradicional y abrimos hueco a nuevas visiones sobre el entorno que aborden las complejidades ecológicas y culturales de nuestro presente. De esta manera, a través de nuestras propuestas promovemos transformar profundamente la relación que establecemos con “la naturaleza” hacia una ética de mayor responsabilidad ecológica y colaboración interespecie.
Con una nueva ética, promovemos también una nueva estética del paisaje y su relación con el territorio, de forma que nos apartamos del tradicional dominio estético de lo natural para abrazar una imagen de un entorno híbrido, dinámico y en constante reciprocidad con la actividad humana.
metodología.
diseño permacultural-posnatural.
Nuestro enfoque parte de una revisión profunda de los fundamentos establecidos en jardinería y paisajismo, con la intención de expandirse hacia otros aspectos del diseño.
Nuestras propuestas hibridan los principios básicos de la permacultura con nociones propias de la teoría posnatural, de forma que componemos una metodología de diseño basada en la regeneración, la integración y la autonomía total de los sistemas diseñados, a la vez que promueven una estética del cuidado y la empatía en relación a todas las existencias que lo componen.
Para ello, en lugar de diseñar desde una visión antropocéntrica, buscamos entender nuestras propuestas como una red de agentes en interacción constante que participan activamente en el desarrollo de cada proyecto.
El enfoque permacultural.
La permacultura es un enfoque ético de diseño ecológico que busca crear sistemas sostenibles, resilientes y regenerativos.
Se inspira en la observación de los ecosistemas silvestres para desarrollar prácticas y sistemas que cuiden de la tierra y de las personas.
Desde los principios de la permacultura, nos aproximamos a un diseño que sitúa en el centro el impacto que se tiene en el entorno, poniendo especial énfasis en la regeneración, la autonomía y el incremento de las zonas de intersección entre sistemas diversos.
Para ello, resulta fundamental apoyarse en una observación profunda de las especificidadades del entorno para poder implementar procesos vivos como el compostaje o acompañar los ciclos materiales existentes como el del agua o el carbono.
Al abrazar un enfoque permacultural, se crea una reciprocidad constante con el entorno, que sin degradarlo ni violentarlo, integra las intervenciones y modificaciones humanas como núcleo de una cultura permanente del cuidado.
La teoría posnatural.
La teoría posnatural, cuestiona la imagen idealizada que articula la idea de naturaleza para redibujar las relaciones que establecemos con otras existencias, ofreciendo así nuevas perspectivas teóricas y prácticas que enfrenten las complejidades ecosociales que caracterizan nuestro presente.
Abordar el enfoque posnatural desde el diseño, implica entender este impacto sustancial que supone la actividad humana sobre su entorno para poder generar propuestas desde las que desplegar, cuestionar y hacer ver las complejas interrelaciones que se crean con lo no humano, haciéndose cargo de su lugar dentro de las dinámicas ecológicas.
El diseño posnatural sirve como herramienta para difuminar las fronteras entre lo humano, lo no humano, la naturaleza y la cultura; explorando la forma en que estas esferas se entrelazan, dando lugar a prácticas, espacios y artefactos que, no solo minimizan el impacto ambiental, sino que también consideran los efectos a largo plazo de las intervenciones humanas. Este enfoque, unido al de la permacultura, permite hacerse cargo del tipo de interacción que se tiene con el entorno en términos éticos y ecológicos.
Nuestras propuestas hibridan los principios básicos de la permacultura con nociones propias de la teoría posnatural, de forma que componemos una metodología de diseño basada en la regeneración, la integración y la autonomía total de los sistemas diseñados, a la vez que promueven una estética del cuidado y la empatía en relación a todas las existencias que lo componen.
Para ello, en lugar de diseñar desde una visión antropocéntrica, buscamos entender nuestras propuestas como una red de agentes en interacción constante que participan activamente en el desarrollo de cada proyecto.
El enfoque permacultural.
La permacultura es un enfoque ético de diseño ecológico que busca crear sistemas sostenibles, resilientes y regenerativos.
Se inspira en la observación de los ecosistemas silvestres para desarrollar prácticas y sistemas que cuiden de la tierra y de las personas.
Desde los principios de la permacultura, nos aproximamos a un diseño que sitúa en el centro el impacto que se tiene en el entorno, poniendo especial énfasis en la regeneración, la autonomía y el incremento de las zonas de intersección entre sistemas diversos.
Para ello, resulta fundamental apoyarse en una observación profunda de las especificidadades del entorno para poder implementar procesos vivos como el compostaje o acompañar los ciclos materiales existentes como el del agua o el carbono.
Al abrazar un enfoque permacultural, se crea una reciprocidad constante con el entorno, que sin degradarlo ni violentarlo, integra las intervenciones y modificaciones humanas como núcleo de una cultura permanente del cuidado.
La teoría posnatural.
La teoría posnatural, cuestiona la imagen idealizada que articula la idea de naturaleza para redibujar las relaciones que establecemos con otras existencias, ofreciendo así nuevas perspectivas teóricas y prácticas que enfrenten las complejidades ecosociales que caracterizan nuestro presente.
Abordar el enfoque posnatural desde el diseño, implica entender este impacto sustancial que supone la actividad humana sobre su entorno para poder generar propuestas desde las que desplegar, cuestionar y hacer ver las complejas interrelaciones que se crean con lo no humano, haciéndose cargo de su lugar dentro de las dinámicas ecológicas.
El diseño posnatural sirve como herramienta para difuminar las fronteras entre lo humano, lo no humano, la naturaleza y la cultura; explorando la forma en que estas esferas se entrelazan, dando lugar a prácticas, espacios y artefactos que, no solo minimizan el impacto ambiental, sino que también consideran los efectos a largo plazo de las intervenciones humanas. Este enfoque, unido al de la permacultura, permite hacerse cargo del tipo de interacción que se tiene con el entorno en términos éticos y ecológicos.